OASIS 2006

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Y llegó nomás... el tan esperado OASIS 2006 llegó con todas las fuerzas y las ganas...
Por mi parte me voy muy contenta con algunas cositas que se pudieron ver...

* Primero que nada las ganas y pilas que le pusieron ambas caravanas para que el retiro salga fantástico... me encantó verlos a la mayoría con ganas de compartir algo distinto...

* Segundo la SERIEDAD (si se entiende bien) con que se tomaron las distintas dinámicas... en muchas cosas no creímos que fueran a reaccionar así... y nos sorprendieron :D...

* Me queda agradecerles también a los EXTERNOS por las ganas y las sonrisas que nos sacaron... la verdad que particularmente a mi me sorprendieron...

Si bien hay cosas que me quedaron en el tintero me voy muy contenta....

CHICUELOS... A SEGUIR CAMINANDOOOOOOOOOOOOOOO!!!

Los amo.... MUY MUCHOOOOO!!!

Libe.-

Un recuerdito del Oasis... (GRACIAS MIS PEQUEÑAS CO-GUIAS... ME MATAROOOONNN!!!! ME HICIERON RE FELIZ!)

Presento mi renuncia:

- Sí... adelante...
- Señor... ¡Señor! Quería hablar con usted. Quiero presentarle mi renuncia.
- Pero hijo, cálmate... no sabés lo que decís... ¿Cómo vas a renunciar? Es que... sencillamente... no PODÉS hacerlo.
- ¡Si! Presento mi renuncia, aunque no creo que haga falta, es como si me hubiesen echado ya.
- No te entiendo. Nadie te echó. ¿Cómo van a hacerlo si yo fui el que te llamó?
- Eso lo sé... y pensé que estaba claro... pero al parecer dispusiste que alguien más se ocupara de mi trabajo... Señor... ¿Es que no lo hago bien? ¿En qué me he equivocado?
- Nunca he recibido una sola queja tuya... de hecho yo mismo he supervisado tu labor en diferentes ocasiones.
- Cuando usted me llamó yo estaba feliz con mi tarea... Es que tanto tiempo lo esperé que pensé que era un milagro que por fin haya aceptado mi solicitud.
- Sí... eso lo sé... muchas veces me lo has pedido; sin embargo estaba esperando por la persona indicada para ti.
- Bueno, yo pensé lo mismo. Usted sabe que respeto sus decisiones, pero ahora me vengo a enterar que alguien más ocupa mi lugar.
- Yo no he pedido a nadie que ocupe tu lugar.
- ¡Eso también lo sé! Cuando le pregunté...
- ¿Le preguntaste? Pensé que sabías que nosotros no hablamos con ellos. Simplemente nos atenemos a desempeñar nuestro papel.
- Si... si... espero que me disculpe... yo no quería hacerlo... pero fue más fuerte que yo... no sé cómo explicarlo...
- No hay problema. Ya no te aflijas... Eso es algo que puedo arreglar. Continúa por favor.
- Entonces le pregunté qué era lo que estaba haciendo. Pero no me contestó. ¡ME IGNORÓ!
- Eso ya te lo habíamos advertido. No puedes hablar con ellos. Porque ellos normalmente no te escuchan.
- Al principio luché por mi lugar, porque ese, que quede claro, es MI lugar... pero ella parecía estar siempre un paso adelante. En un momento, ví que él parecía desfallecer; quise socorrerlo, incluso extendí mi mano para que se aferrase fuerte y no sintiera la dureza del piso, pero ella fue más rápida que yo, y con sus brazos abiertos lo recibió en su pecho y no lo dejó caer...
Él... estaba llorando, sentado en un banco de la Iglesia, rogándote en oraciones y súplicas aquello que su corazón pide a gritos y que sólo tu y yo sabemos... Yo sé que lo escuchas... pero quise reconfortarlo haciéndole saber que tu realmente tenías en cuenta sus oraciones... que nunca lo abandonas... pero ella volvió a llegar antes que yo... y con dulces palabras apenas susurradas logró detener ese río de lágrimas...
Lo peor de todo, Señor, es que me paso horas intentando descubrir qué le sucede... ¡Es que ese chico es tan terco Señor! ¡No quiere abrir su corazón! A veces siento que no se da cuenta que siempre estoy cuidando de él... que estoy ahí... a un paso suyo... que nunca esta solo... Pero ella... con sólo mirarlo a los ojos... desnuda su alma... Sin que una palabra salga de su boca descubre su secreto más íntimo.. y es que no lo comprendo Señor...
Una amplia sonrisa iluminó el rostro de Dios. Se quitó sus grandes anteojos y me dijo – Pará... no sigas... ahora lo comprendo... Tú... tú eres su ángel de la guarda... Es tu tarea velar por él, es lo que yo te he pedido. Ella en cambio es su amiga, y quiere cuidarlo... y protegerlo... Es algo que yo no puedo (ni quiero!) impedir... su amor es más grande que toda la tenacidad y el empeño que tú emplees para cumplir mi encargo. Dios, que todo lo ve y todo lo puede, con su inmensa sabiduría, nunca nos abandona...

Aún cuando nuestro ángel de la guarda presente su renuncia....